Los victimarios la utilizan porque la sustancia actúa rápidamente y domina la voluntad de las víctimas. En máximo 5 minutos hay reacciones, sostuvo, y se espera un efecto de media hora. El mecanismo de acción es colocarla en una bebida, o hacer que la persona la inhale, o colocarla en un cigarrillo, detalló. Hay reportes de su uso por vía cutánea, pero no hay consenso sobre eso.
El objeto es dominar a la persona para que haga algo contra su voluntad, como sacar dinero o abuso sexual, acotó. Eso hace que victimario planifique su hecho, y lo hace en centros comerciales, plazas. Va cambiando el sitio donde se realiza.
Cualquier persona puede ser víctima, mujeres y hombres, niños o adultos mayores, subrayó en entrevista con Unión Radio. Sin embargo, hay personas más vulnerables que otras.
El criminalista instó a tener un poco de malicia y a desconfiar de quien se acerque en la calle.
Desde hace dos semanas tenemos consultas por extorsiones telefónicas desde cárceles como Carúpano y Puente Ayala. Sugerimos poner la denuncia, dar aviso a las autoridades competentes, indicó. «No contesten ni caigan en la trampa», insistió. Tanto el secuestro como la extorsión son delitos que llegaron para quedarse, alertó el experto.






