Avedem, que ofreció una conferencia sobre las perspectivas económicas del sector este miércoles 6 de julio en el Hotel Eurobuilding, todavía espera por la liquidación de 350 millones de dólares pendientes desde la época de Cadivi y Cencoex
Ya se convirtió en un chiste la frase oficial «Venezuela se arregló». Aunque sectores económicos aseguran estar un poco menos asfixiados, al mismo tiempo advierten que la recuperación no necesariamente es sostenible. Por ejemplo, el regreso de los congresos médicos y la mejora en el poder adquisitivo indican que para los equipos médicos el sol ha salido a medias.
«Vemos una leve recuperación porque se están retomando los congresos que se habían suspendido por pandemia y por la crisis económica», explica Ricardo Trinca, vicepresidente de la Asociación Venezolana de Distribuidores de Equipos Médicos, Odontológicos, de Laboratorio y Afines (Avedem). «Con los congresos vemos el interés de clínicas y hospitales en renovar su parque tecnológico, que tiene más de 10 años. Tenemos solicitudes de cotizaciones, que son un indicador de que la actividad se está recuperando, pero es algo tímido y no en los niveles en que debemos estar».
Se añade, además, la pérdida de las fuentes de financiamiento con las fábricas, por los cerca de 350 millones de dólares que mecanismos como Cadivi y Cencoex no les liquidaron a los agremiados de Avedem. «Los proveedores probablemente nos pedirán pagar el equipo de contado; eso significa que lo tienes que cobrar de contado a las instituciones de salud, y ahí empieza a trancarse la operatividad». Esos 350 millones «se los debemos a las fábricas, y por eso nos han cortado las líneas de crédito. Hemos hecho las gestiones para solventar esa situación».
Sin embargo, la directiva de Avedem mantiene el optimismo, y prueba de ello es que el pasado miércoles, en el Hotel Eurobuilding de Caracas, ofreció la conferencia «Perspectivas económicas del sector salud en 2022».
La renovación es un punto clave. «Es tanto el atraso que hay en la dotación de equipos médicos, que debería comenzarse por todo. Llegamos al momento en que debemos ir con todos los frentes. Tenemos una crisis de atención a nuestros pacientes por falla en equipos, equipos obsoletos, equipos que no pueden resistir mantenimiento ni repuestos», detalla Trincca. No jerarquiza un área u otra: «La tarea es titánica, tenemos que renovar todo».
El primer paso sería un registro de equipos dañados, para luego pasar a un plan de sustitución que no se ejecuta en un abrir y cerrar de ojos. «Hay equipos que no te los entregan en dos días. Es un proceso que tiene su tiempo y hay ventanas de producción de cuatro o seis meses», describe. Por eso, calcula que es una labor de tres o cuatro años, como mínimo.
«Habría que revisar equipos, hospitales, clínicas, levantar la información completa de cuáles pueden ser actualizados y si vale la pena hacerlo. Puede ser más costoso actualizar un equipo viejo que adquirir nueva tecnología. Es mucho lo que hay que invertir porque se dejó mucho tiempo sin invertir», subraya. En Venezuela se fabrican cosas determinadas, pero «equipos de alta tecnología, como resonadores, microscopios, tomógrafos, láser no se hacen en el país».
Avedem reúne a 58 miembros. La asociación tiene diálogo para casos puntuales con las instituciones del Estado, pero hasta ahora no para el reconocimiento de la deuda, que es un elemento fundamental para la modernización de equipos. «Al final el que termina perdiendo es el paciente», insiste Trincca, porque «si no se hace una actualización el servicio que se presta es de mala calidad. Los estudios se necesitan para ofrecer el mejor diagnóstico posible».