Cuando el gobierno comience a gastar nuevamente volverá a subir la hiperinflación, advirtió el economista
Es mentira que Venezuela se arregló, porque Venezuela se arreglará el día que puedas usar tu tarjeta de crédito, razonó este martes el economista Leonardo Buniak.
Eso se arregla devolviéndole a la banca los depósitos bancarios, argumentó. Un primer golpe pueden ser 3 mil millones de dólares, pero eso requiere de la dolarización de la economía venezolana. » Venezuela tiene que avanzar a un proceso de negociación «.
Pero bajar el encaje legal significa disparar la inflación, señaló. Ojalá que no regresemos a la hiperinflación, porque se logró controlar con una contención del gasto público. Cuando el gobierno comience a gastar nuevamente volverá a subir la hiperinflación, advirtió.
No se concibe una economía moderna del planeta en la que no haya crédito bancario, y somos de los pocos países del mundo que no tienen crédito bancario, criticó.
Hoy no existe microcrédito, no hay crédito para vehículos, no hay créditos hipotecarios ni agrícolas, recordó BUniak en entrevista con Unión Radio.
No es que la banca no quiere prestar, afirmó. La banca no tiene caja para prestar, porque todos los depósitos están en el Banco Central de Venezuela. Bajaron un poco el encaje, a 73%, pero sigue siendo el más alto del planeta. Lo poco que puede entregar es solo para grandes corporaciones.
Para el ciudadano, para el emprendedor no hay crédito bancario, tampoco hay crédito hipotecario, reiteró.
La cartera de créditos de la banca hoy es de 400 millones de dólares, mientras la de 2017 era de 12 mil millones de dólares, y de 42 mil millones de dólares en 1990, comparó. La de Nicaragua es 20 veces la de Venezuela, contrastó. Una agencia bancaria de un banco colombiano tiene una cartera de crédito más grande que la banca venezolana.
El principal motor de una economía es el crédito bancario, subrayó. Pero hoy la banca venezolana solo se dedica a los pagos transaccionales.
El gobierno tiene problemas de credibilidad, explicó. No hay ni siquiera un programa económico, y se gerencia de manera doméstica y artesanal. El país sigue en default.