Denuncian el recorte de sus salarios y solicitan la dotación necesaria para seguir prestando el servicio de aseo. Este miércoles 25 de mayo, se sumaron a la protesta de los empleados públicos que llegó a dos cuadras del Palacio de Miraflores
La protesta de Supra-Caracas a lo mejor sorprendió a sus empleadores, pero no, a quienes observan a los trabajadores -en las esquinas de la capital- recogiendo basura con las manos sin guantes, apilando los residuos sólidos en telas para poder echarlos en el camión. En la segunda semana de mayo comenzaron a manifestar su descontento, y este miércoles 25 de mayo se unieron a la movilización de los empleados del sector público, que llegó a dos cuadras del Palacio de Miraflores.
Supra-Caracas es la empresa que se encarga de la recolección de residuos sólidos en el municipio Libertador.
Gaudi Rojas, trabajador de Supra-Caracas, criticó la reducción salarial de la que han sido objeto. «El Ejecutivo Nacional, después que nos dignifica el salario, nos lo viene a mochar», detalló. Un ayudante «cobraba entre 700 y 800 bolívares, y los choferes, de 1.000 a 1.200 bolívares». Pero ahora «nos mocharon el sueldo, nos cercenaron el derecho a la dignificación salarial ordenada por nuestro presidente Nicolás Maduro». Según su narración, pasó de ganar 1.200 bolívares a percibir 48 bolívares semanales. «Por eso estamos aquí en la lucha».
Rojas recuerda que la salubridad de Caracas está en sus manos. «Nosotros arriesgamos la vida recogiendo desechos sólidos; arriesgamos la vida de nuestros hijos, de nuestra familia. Tenemos las ollas boca abajo, no tenemos nada que darles a los muchachos. Eso da dolor». Recuerda que les ha tocado trabajar en pandemia «y eso es pura putrefacción, puras infecciones; compañeros de nosotros se han muerto por infecciones».
José Antonio Campos, trabajador de Supra-Caracas, agregó que, para intentar apaciguar el descontento, las autoridades les han ofrecido hasta productos de línea blanca «que tienen un valor de 700 dólares, y nuestro sueldo no puede costear eso. Es imposible». También les han ofrecido comidas baratas, «pero con 40 bolívares, ¿qué puedes tú comprar?».
Son unos 3.400 trabajadores «y todos estamos en conflicto, todos tenemos la misma problemática», refiere Rojas.
Cuando se les pregunta por las condiciones de trabajo, responden sin ambages: «Péeeeesimassss». Y lo repiten. «No nos dan guantes, no nos dan uniformes. No tenemos botas», expone Campos. «Nos tienen trabajando prácticamente con las uñas», agrega Rojas.
En este momento -y por eso acudieron a la protesta del miércoles- reclaman «dignificación salarial justa». También solicitan «uniformes, guantes, la dotación necesaria para trabajar». Igualmente, herramientas, lentes. «Lo necesario para mantener la ciudad limpia».