Más de 100 trabajadores protestaron a las puertas del Ministerio del Trabajo este miércoles 6 de abril
Cuando Rosario Ríos, dirigente sindical y esposa del trabajador y preso político Eudis Girot, se quitó uno de sus zapatos para mostrar que estaba roto, los teléfonos y las cámaras se dirigieron hacia sus pies.
El trabajador que diga que anda comodito y bien bonito «no nos representa», enfatizó Ríos. «Nosotros andamos a pie y sin medio, caminando y buscando justicia».
Ríos, como varias decenas de trabajadores, se concentraron este miércoles en la Plaza Caracas y marcharon hasta la sede del Ministerio del Trabajo, ubicada a pocos metros. Esperaban ser recibidos por el ministro José Ramón Rivero para solicitarle un salario igual al costo de la canasta básica, pensiones y jubilaciones acordes con el costo de la vida, reenganche de trabajadores despedidos. Les propusieron que una comisión subiera al despacho, pero insistieron en que Rivero debía bajar a escucharlos. Como no ocurrió, decidieron tomar la avenida Este 8.
Dos huesos descarnados también fueron esgrimidos durante la manifestación. Uno de ellos lo portaba Roberto Carpio, trabajador jubilado del Ipasme. «El hueso se convirtió en un símbolo de protesta porque en el hueso está el pueblo venezolano con estos salarios de hambre», explicó. «Los jubilados y pensionados somos la parte más débil de esta cadena».
Carpio insistió en que no quiere bonos ni CLAP: «Quiero un salario digno para vivir en dignidad. Para no estar en el hueso el salario y la pensión digna deben estar entre 600 y 800 dólares».