El incremento alcanza el 1.700% según el anuncio hecho desde Miraflores, sin embargo, el rezago de este indicador impide cubrir las necesidades básicas con este ingreso. Los ingresos mínimos determinados en el sector público y privado se perfilan como insuficientes para garantizar la canasta básica
Los trabajadores que reciben exclusivamente el salario mínimo en su trabajo están obligados a conseguir otra fuente de recursos, debido a que este nivel de ingresos resulta insuficiente, aun después que entre en vigencia el nuevo salario mínimo anunciado por el mandatario Nicolás Maduro.
El incremento del salario mínimo fue de más del 1.700% y con esta decisión anunciada por el Ejecutivo se ubicará en 127 bolívares cuando se formalice su publicación en la Gaceta Oficial.
El salario mínimo equivalente a medio petro en el momento de su anuncio era equivalente a 29 dólares, según el tipo de cambio oficial del Banco Central de Venezuela del miércoles 9 de marzo pasado.
A este monto se debe sumar el denominado ticket de alimentación que fue colocado en 45 bolívares o el equivalente a 10,39 dólares.
Todo esto redondea un ingreso mínimo integral de alrededor de 40 dólares.
¿Qué se puede comprar? Todas las opciones que veremos son excluyentes, unas de las otras.
Con el nuevo salario mínimo de 29 dólares se logrará adquirir 63 pasajes de transporte superficial en Caracas al mes, que equivale a 2,1 pasajes diarios.
También es equivalente a 14 litros de gasolina a precio internacional o si consigue quien le complete cuatro dólares más pueden comprarse ser dos cajas de cervezas.
Cuando miramos por separado el monto del ticket de alimentación equivale a 10 empanadas o 10 perros calientes sencillos, en los puestos ambulantes ubicados en la Plaza Venezuela de Caracas.
El salario integral mínimo de los trabajadores venezolanos, según el tipo de cambio oficial es de 39,3 dólares. Esto equivale a 1,31 dólares diarios, lo que lo coloca por debajo de la línea de pobreza extrema que calcula el Banco Mundial, que ubica esta medición en 1,90 dólares diarios.
Por esta razón estos trabajadores venezolanos de la administración pública, están obligados a tener más de un empleo, porque es evidente que ese salario cifra no alcanza para sobrevivir, ni siquiera con la ayuda de las políticas asistencialistas que tienen su bandera en las cajas CLAP
Esta situación ayuda explicar el ausentismo en las instituciones públicas y los pésimos servicios que brinda el Estado.
En el sector privado
En las empresas privadas el promedio de ingreso mínimo se ubica en 90 dólares, según las cifras de distintos gremios, lo que se traduce en tres dólares diarios
Siendo casi tres veces el ingreso diario del sector oficial, estos trabajadores también están obligados a buscar un “rebusque”, para completar la quincena.
La encuesta Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) de 2021 habla de 94% de pobreza en el país y si nos basamos en los niveles de remuneración mínima en el sector público y en el privado, esta argumentación toma mayor solidez.
¿Cuánto falta?
Según el Observatorio Venezolano de Finanzas la “canasta de supervivencia” se ubica entre 80 y 100 dólares mensuales.
Basados en esta proyección, el salario mínimo integral cubre apenas el 40% de las necesidades mensuales de una familia de cinco miembros.
En el caso del sector privado de manera ajustada se cubre esa canasta de supervivencia.
La recesión económica, producto de siete años consecutivos de caída del Producto Interno Bruto (PIB) castiga a los sectores de menores de ingresos.
Por un lado tenemos un Gobierno que busca “fortalecer el bolívar” y por el otro a los trabajadores tratando de resolver cómo satisfacer sus necesidades con más de un trabajo, sacrificando el tiempo de recreación y de compartir en familia.
Quienes “por fin” lograron acceder a ingresos en dólares, hoy se ven afectados porque el tipo de cambio se aprecia y sus ingresos reales caen.
Los empresarios se quejan de que la depreciación camina más lento que la inflación, lo que atenta contra sus estructuras de costos.
¿Se podrán armonizar estas necesidades en el corto plazo?
¿El llamado a diálogo que flota en el ambiente dará para generar soluciones económicas de corto plazo?
Por ahora no lo sabemos. No tenemos bolas de cristal para ver el futuro, solo andamos con pies planos pisando tierra.
El juego sigue.