“Todos los procesos que se abran de apertura del espacio democrático, esas pequeñas ranuras que abre el grupo en el poder justamente porque se enfrenta a su catastrófica gestión y porque tiene conciencia también de la depreciación del proyecto chavista nacional e internacionalmente” nosotros “vamos a seguir aprovechando cada oportunidad, ensanchando con nuestra acción cívica cada una de esas oportunidades”, explica Mariela Ramírez, del Foro Cívico y Dale Letra. “Nadie me puede convencer de que es mejor perderlo todo que ganar algunas cosas y avanzar”, afirma el vicepresidente del CNE, Enrique Márquez
Con los aplausos de unos y la condena de otros, este año fue designado un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE). Para poder llegar a ese acuerdo todos los sectores enfrentados se pusieron el pañuelo en la nariz: el oficialismo tuvo que sentarse con figuras que podría considerar “pagadas por el imperio” o “traidores a la patria”, y la oposición tuvo que negociar con figuras que podría catalogar como “corruptas” o “usurpadores”. La sociedad organizada propuso nombres, y de ese esfuerzo surgió un nuevo ente comicial en el que 10 rectores podrían ser considerados pro-oficialistas y 5 podrían ser pro-oposición.
El nuevo CNE marcha hacia su prueba de fuego: las elecciones del 21 de noviembre, rodeadas de opiniones y presiones. Pero en la ruta por la reinstitucionalización del país hay otros escalones.
No es que el conflicto se resuelve. Es que, por encima de las diferencias, ambos bloques asumen que deben tomar decisiones por el bien de la nación. La explicación más clara la ofrece Mariela Ramírez, integrante del Foro Cívico y de Dale Letra. “Hay un conjunto de venezolanos que considera que las instituciones que tenemos son legítimas y que han sido producto de elecciones auténticas. Pero otro conjunto de venezolanos, entre los cuales me cuento, no tenemos esa visión; creemos que esas instituciones han sido producto de elecciones viciadas, pero esa discusión probablemente no tenga solución. Donde todos los encontramos es en que, tanto unos como otros tenemos conciencia de que las instituciones que tenemos no están dándoles soluciones a los venezolanos, y ese es un espacio de encuentro”.
Es por eso que Foro Cívico decidió incidir en el nombramiento de un nuevo CNE. “Si nosotros estamos argumentando que no creemos en los procesos electorales, y que esa situación ha tenido como consecuencia que no todos los venezolanos reconozcamos el origen de nuestras instituciones, pues nuestra responsabilidad cívica, primero que todo, era coadyuvar al proceso de reinstitucionalización del Poder Electoral, que es el origen de todos los demás poderes a través del ejercicio de nuestra soberanía”, detalla Ramírez.
Por eso “postulamos los nombres de 15 venezolanos con las credenciales y la confiabilidad suficiente para ejercer esas labores; de ellos fueron escogidos cuatro. Uno de ellos Roberto Picón, que funge como rector principal en este momento, y tres rectores suplentes (Griselda Colina, León Arismendi y Francisco Martínez)”. Con eso “estamos reafirmando nuestro compromiso con la reinstitucionalización del país, porque creemos que debemos ayudar a reconstruir nuestras instituciones para que podamos todos los venezolanos reconocer a nuestras instituciones, y con el reconocimiento de los venezolanos, el reconocimiento del mundo entero para que Venezuela pueda recuperar sus capacidades para una gestión pública que garantice la gobernabilidad del país”.
¿El TSJ podría ser el siguiente paso?
Fuerzas políticas que trabajan por una salida negociada, pacífica y electoral al conflicto venezolano apuntan a constituir un nuevo Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
“Yo creo que, si se nos da una oportunidad de meternos al TSJ un grupo de demócratas y tratar de salvar al TSJ hay que hacerlo”, señaló Enrique Márquez, vicepresidente del CNE. Durante un encuentro organizado por LOG Consultancy y celebrado la semana pasada en Caracas, Márquez sostuvo que los sectores que adversan a Maduro deben participar en todos los espacios posibles. “Y creo que, si podemos ganar una gobernación, ese será el cuarto de huéspedes. ¿Ganamos el Zulia? Vamos a recuperar en espacio, vamos a hablar desde allí. Nadie me puede convencer de que es mejor perderlo todo que ganar algunas cosas y avanzar”.
Intentos previos de acuerdo, como una negociación entre la AN de 2015 y la administración de Maduro para conseguir recursos de la CAF con los cuales subsanar una parte de la crisis eléctrica, no avanzaron. En 2019 los actores que estamos en el Diálogo Social “propusimos un mecanismo humanitario para el sistema eléctrico en cuatro estados del país afectados severamente por la crisis eléctrica, como son Táchira, Zulia, Miranda y Nueva Esparta”, recordó Ramírez. “Lamentablemente esa iniciativa no tuvo viabilidad en ese momento por parte de los dos”. Pero, dos años después, podría servir de modelo para “proyectos de cooperación internacional que faciliten la posibilidad de reconstruir nuestras capacidades de servicios públicos”.
Eso requiere, tal como lo subraya Ramírez, “no solo voluntad política, sino adelantar paralelamente el proceso de reinstitucionalización del país”. Los factores internacionales que pueden canalizar recursos para Venezuela, acota, “necesitan garantías, y esas garantías tienen que ser dadas por instituciones creíbles en Venezuela”.
-¿Cuáles serían esas instituciones?
-Esas instituciones pueden surgir de estos acuerdos en México. ¿Cuáles son las reformas institucionales que podemos ir construyendo paralelamente para poder reconstruir las capacidades del país en términos de recursos económicos, etc. No puede darse una cosa sin la otra. Tiene que haber acuerdos y garantías políticas en las que haya supervisión del uso de estos recursos, tiene que haber apertura para tener observación internacional o canalizar estos recursos a través de agencias ONU como el acuerdo eléctrico de 2019. En esta primera etapa vamos a necesitar mucho acompañamiento internacional en toda esta creación de capacidades institucionales para la administración de recursos, que van a ir progresivamente recuperando las capacidades institucionales del país. Ese es justamente el reto, el desafío que tenemos los venezolanos: es ser muy innovadores, muy creativos y poner todo nuestro corazón y nuestra alma en conseguir formulaciones posibles para la diversidad de actores políticos que se encuentran en conflicto y que puedan canalizar recursos para solucionar los problemas urgentes de Venezuela.
El TSJ es, también, un paso importante para Foro Cívico. “Todos los procesos que se abran de apertura del espacio democrático, esas pequeñas ranuras que abre el grupo en el poder justamente porque se enfrenta a su catastrófica gestión y porque tiene conciencia también de la depreciación del proyecto chavista nacional e internacionalmente” nosotros “vamos a seguir aprovechando cada oportunidad, ensanchando con nuestra acción cívica cada una de esas oportunidades, abriendo con nuestro compromiso ciudadano el espacio cívico y democrático en Venezuela, hasta que hayamos logrado, en ese proceso por etapas haber reinstitucionalizado nuestro país y construido juntos una nueva democracia donde podamos incluir las mejores imágenes y resultados de los años de democracia que son llamados cuarta república, y las mejores imágenes y resultados del proyecto chavista, y las nuevas imágenes que sean necesarias para impulsar a Venezuela hacia el progreso, el bienestar y el desarrollo para todos los venezolanos”.
-¿El TSJ?
-Allí nos encontrarás postulando los nombres de venezolanos confiables que puedan mejorar los equilibrios en los poderes públicos y, por tanto, construir institucionalidad que nos dé soluciones a los venezolanos.