«Lo que el gobierno y el Banco Central no se atrevían a hacer la gente lo hizo hace tiempo, agobiada por la hiperinflación, explica el periodista José Gregorio Yépez en su programa Con los pies planos
Mientras el Banco Central de Venezuela (BCV) guardó silencio sobre la devaluación de la moneda, la gente en la calle hizo sus propios ajustes. En otras palabras, los venezolanos se han dado su propia política monetaria, tal como lo explica el periodista José Gregorio Yépez.
«El Banco Central corre detrás de la gente», afirma Yépez en su programa Con los pies planos, transmitido por la cuenta en Instagram de contrapunto.com. «No había que estudiar en Harvard, ni en Yale, ni en el MIT» para saber que venía una reconversión monetaria.
«Lo que el gobierno y el Banco Central no se atrevían a hacer la gente lo hizo hace tiempo, agobiada por la hiperinflación. Un millón de bolívares en la calle son llamados mil bolívares; la reconversión ya está hecha». Por eso, la reconversión que entrará en vigencia el 1 de octubre «solo confirma que la población se da su propia política monetaria y le pasa por encima al ente emisor».
Yépez recordó que, con esta reconversión, la moneda ha perdido 14 ceros. La distancia entre la primera y la segunda reconversión «fue de 10 años; ahora, la evolución de los precios presiona de tal manera que pasan tres años y llega la siguiente reconversión, que para algunos ya está retrasada».
Como no hay moneda fraccional, cualquier cosa transada no bajará de un millón de bolívares de los de hoy, y el redondeo irá hacia arriba. Un pasaje mínimo se ubicará en un millón de bolívares, porque no hay cómo dar vuelto.
La reconversión era necesaria, explica, porque no hay sistemas de contabilidad que aguanten tantos ceros y los puntos de venta deben hacer tres y cuatro operaciones para una sola factura. Pero, reitera, esta decisión no ataca los problemas de fondo: «Mientras no exista un plan económico integral la corrección de las cifras simplemente será cosmética».
Hoy «no existe un aparato productivo sano, el parque industrial está a 20% de su capacidad instalada, los ingresos externos han caído y hay un gasto público financiado sin el respaldo de la producción interna», detalla.
También se pregunta si el país debe avanzar a una reforma monetaria seria, e incluso, cambiar el nombre de la moneda.