Los productores agremiados en Fedeagro señalan que la pandemia también ha afectado la productividad del campo venezolano y exigen vacunas
La falta de combustible sigue complicando la operatividad de los productores del campo venezolano que no tienen los insumos necesarios para hacer funcionar su estructura operativa y producir.
Celso Fantinel, presidente de Fedeagro señala que en las zonas de los andes los productos se están sacando de las unidades de producción en mulas y carretas «porque no hay gasolina para que los vehículos pequeños puedan subir a las áreas montañosas».
«Los vehículos requieren gasolina para entrar en la montaña y no hay», sentencia Fantinel.
Indica que hay un caída sostenida de la producción y hay rubros que han mermado hasta 60% por la falta de financiamiento y de combustible.
Señala que se perdieron 20.000 toneladas de hortalizas, la producción del café fue similar a la de 1950 con 420.000 quintales «cuando Venezuela logró producir 1,9 millones de quintales».
Con respecto a la siembra que se perdió este año señala que, el ciclo de frijol norte verano se dejaron de sembrar 13.000 hectáreas que implicaban 9.000 toneladas.
Explica que esta producción se utiliza para la la exportación y provee de divisas a los productores del campo, que luego de cobrar las ventas se «voltean y compra insumos y repuesto y por eso nos hemos mantenido».
«Por eso es importante crear la cultura de exportación», sostiene Fantinel.
Explica que a pesar de las condiciones adversas el trabajo del productor agrícola es distinto a la industria y el comercio que cuando tienen balances negativos cierran. «El campo es noble y te da esas reservas y por eso no cerramos, se puede seguir operando sin fertilizar, reciclando semillas, pero es cierto que caemos en superficie y productividad».
«Se necesitan cuatro millones de toneladas maíz blanco y amarillo y se producen entre 400 y 500 mil toneladas», señala el presidente de Fedeagro. Llamó la atención sobre los estragos que hace la COVID-19 en los trabajadores del campo porque «llegó hasta allí donde algunos creían que no iba a llegar».
«Nuestros trabajadores han optado por quedarse en las unidades de producción para evitar el contagio, pero deben en algún momento salir de sus casas y están expuestos,. proponemos que se haga un plan para su vacunación y nosotros los empresarios podemos ayudar. Es indispensable proteger la vida de nuestros campesinos», recalca Fantinel.