El dirigente político conversó en entrevista para Contrapunto sobre distintos temas del acontecer nacional
Este martes en #VladimiryPunto, Vladimir Villegas conversó con Rafael Simón Jiménez, político, historiador, abogado y ex vicepresidente del CNE.
Si te preguntan: ¿Quién es Rafael Simón Jiménez, quién era y quién será? ¿Qué dices tú?
“Yo creo que he mantenido una línea a lo largo de toda mi vida, fui desde niño un luchador, soy un luchador y creo que moriré luchando por unos ideales que los he venido reformulando a lo largo de mi vida. Pero que siguen estando motivados por las mismas razones: por la justicia, por la igualdad, por la decencia, por el compromiso con los más pobres».
De igual manera, destacó que no ha cambiado su linea de pensamiento: «Creo que eso ha sido una línea que se me marcó en la infancia y creo que me va a acompañar hasta la muerte, no veo ninguna razón que me permita modificarla, creo que ese es mi signo de vida”.
«Yo planteé al comienzo del chavismo, la ruta democrática, que la gente se purgara con Chávez, dejarlo gobernar y que se desgastara en el ejercicio del poder. Me llamaban guabinoso, porque el país sin darse cuenta compró el discurso de Chávez, hemos llegado estos 20 años bajo el predominio de esos sentimientos estériles».
Acerca de su salida del CNE, asegura que fue algo meditado, ya que aceptó su llegada al ente comicial debido a que quienes promovieron su nombre, le plantearon una hipótesis sobre impulsar una nueva oposición con las características que él ha defendido siempre; democrática, conciliadora, entre otros.
«La primera traición del gobierno es incumplir el compromiso de los dos rectores designados», y explica que el gobierno un día antes da a conocer que tenía un compromiso con Bernabé Gutiérrez: «Yo me juramenté en el TSJ y al día siguiente apareció Jorge Rodríguez con tres carpetas con un compendio de declaraciones mías, análisis de declaración por declaración. Al plantear esto en términos conflictivos y me di cuenta que si a ellos no le iba bien me iban a buscar a mi como chivo expiatorio para cualquier trastada».
Afirma que no esperó a ser botado porque estaba comprometido con la ruta electoral, con la que sigue comprometido. Dice que desde el gobierno no pueden querer una nueva oposición sin que la misma actúe como tal.