La administración de Maduro informó que vacunarán a brigadistas, políticos y funcionarios. Los expertos insisten en que se debe priorizar a trabajadores de la salud, adultos mayores y maestros
Lo han dicho especialistas como el médico infectólogo Julio Castro, asesor de Juan Guaidó y de la Asamblea Nacional de 2015: la vacunación contra la covid-19 es la posibilidad de regresar a la normalidad lo más pronto posible. Pero aun cuando llegaron al país 100 mil dosis de la vacuna rusa Sputnik V, los expertos también han advertido que no existe un plan estructurado para inmunizar a la población, ni prioridades claras sobre los beneficiarios del producto. Se suma, además, lo que han calificado como la politización de la vacunación.
“Vamos a empezar a vacunar al personal médico, a 14 mil brigadistas de visitas casa por casa, incluyendo a los trabajadores encargados de hacer de manera activa trabajo social, que visitan hogares; al personal de seguridad, tanto policial como militar y también autoridades en la calle, diputados y diputadas», informó el mandatario Nicolás Maduro el pasado 17 de febrero. Priorizar a militares y diputados fue una medida ampliamente criticada.
La administración de las vacunas se ha politizado, y lo lamento, dijo este jueves el dirigente opositor y alcalde de Los Salias, Josy Fernández. Los alcaldes vemos a los médicos y los obreros que se encargan de la desinfección y están en riesgo, y para ellos no hay vacuna, mientras vemos en redes sociales a algunos políticos vacunándose, deploró.
Las prioridades para la vacunación han sido claramente establecidas en el ámbito internacional, no solo en Venezuela: personal de salud y adultos mayores deben ser los primeros. La presidenta de la Academia Nacional de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Acfiman), Mireya Goldwasser, insiste en que se requiere una vacunación masiva, sin perder de vista que son dos dosis del producto; es decir, si somos 28 millones de venezolanos se necesita el doble. Habría que vacunar, al menos, a 70% de la población.
En todo caso, explica Goldwasser, se debe comenzar con médicos, enfermeras y todos los trabajadores de la salud porque están en contacto directo con los enfermos. También se debe priorizar a los adultos mayores por su vulnerabilidad ante el coronavirus.
La presidenta de la Acfiman suma un tercer grupo: el de los maestros, y subraya que si se quiere retomar las clases presenciales hay que proteger a los docentes.
Un plan de vacunación es una cosa muy seria, señaló esta semana el epidemiólogo Luis Echezuría. Si en Venezuela hay un plan no se conoce, y hay elementos que no han sido tomados en cuenta. Echezuría resalta que con pocas dosis (100 mil) se comenzó una jornada que debe atender, como mínimo, a 15 millones de habitantes, y que únicamente se cubrieron tres entidades. Como médico, alerta que una inmunización selectiva (solo políticos, solo militantes o dirigentes del oficialismo) el problema seguirá igual. Debe ser, defendió Echezuría, una vacunación universal.
Sin embargo, la politización de la vacuna comenzó antes, cuando empezó el forcejeo entre la administración de Maduro al traer la vacuna rusa y anunciar que se probaría en Venezuela, y entre quienes rechazaban ese producto por poner en duda su calidad.