Su carisma embruja, hasta el punto de que es difícil dejar de prestarle atención. Habla como quien está acostumbrado a escuchar mucho, despacio, con respeto y con una dicción de otra época. Tiene la humildad de reconocer a sus maestros, a quienes hicieron de él al Gustavo Pierral que entra cada mañana en miles de casas, oficinas y carros de Venezuela. Hoy es una de las voces queridas del Circuito Unión Radio, y pronto acompañará los mediodías en Canal I. Aquí está Gustavo Enrique, el hijo único que toca guitarra y ama el mar, el hombre que hace radio de pie, contado por sí mismo
¿Mi nombre completo? Gustavo Enrique Pierral Herrera. Soy hijo único. Mis hermanos son Ilan Chester, Carlos Mata. Nací en Chacao. Soy vegetariano desde hace 45 años por Ilan Chester, porque me dio una charla, cuando teníamos como 17 años, de lo que significaba comer carne. Excepcionalmente como pechuga de pollo, y los coctelitos cuando voy a Morrocoy. Soy amante del fútbol americano.
Estudié en colegios católicos. En esa época era muy común que se crearan clubs de amistad, actividades culturales y artísticas que se han ido abandonando. La mayoría de los colegios tenía bandas musicales, yo tocaba redoblante y trompeta. Mi mamá me había comprado una guitarra y yo cantaba en el colegio. Estudié en el San Vicente de Paúl y en el Santo Tomás de Aquino. Cantaba «Dominique», de Sor Sonrisa. Cuando estaba en bachillerato hacíamos las misas de juventud, que el padre Paco organizó para atraer a la gente joven: se cantaba lo que ahora se canta en las iglesias católicas. Te hablo de los años 60. Era el Padrenuestro tocado como en rock. Pero eso se tuvo que suspender porque los muchachos fumaban en la iglesia. En esa banda éramos cuatro. Yo tocaba guitarra y cantaba.
Siempre fui playero. El Parque Nacional Morrocoy es para mí un sitio de relax, de conectarte con la naturaleza.
La frase que uso, «Gracias por existir», no me la copié del cantante Eros Ramazzotti. Él vino al programa De Gala que yo conducía, dije «gracias por existir», y quién quita si escuchó esa frase y la puso en la canción…
Entré a Radio Capital a los 16 años, como operador. El staff de profesionales era de altísimo nivel. Estuve como operador de audio en un concierto de Camilo Sesto. Me paré en la tarima del Poliedro, presenté a Camilo Sesto porque Tinedo Guía no pudo ir. Oswaldo Yepes (Radio Capital) pregunto quién hizo la presentación, y me señalaron. ¿Quién eres tú?, me preguntó. Yo soy el operador, contesté. Me replicó que me esperaba en la oficina temprano. Pensé «me botaron». Fui para la oficina y Yepes me dijo que lo había hecho muy bien. Tiempo después me preguntó si le echaba pichón a un programa a las 6 de la mañana, de música venezolana más que todo. Como no me gustaba mi apellido, me puse «buenos días con Gustavo Enrique»; el jingle me lo grabó Ivan Loscher. Oswaldo me preguntó por qué le puse ese nombre, me preguntó mi apellido, y me dijo que mi apellido era sonoro. Te hablo de 1976. Loscher se metió en el estudio, abrió el micrófono y empezó «gusta, gusta, gustavo, gustavo, pierral, pierral». Después me dijo que lo que es igual no es trampa, y durante años le hice el «Loscher» que lo identificaba.
Mi frase «entonces, juventud» viene del programa Viva la juventud.
Tuve barba hasta 1981. Después, más nunca. Tomé clases de baile con Gudelia Castillo, que me enseñó a hacerlo.
Estudié hasta cuarto año de arquitectura en la UCV y lo dejé. Trabajaba en radio, en televisión y estudiaba arquitectura…Me recomendaron tomar una decisión. Venía de hacer Disco Fiebre en VTV, un programa súper exitoso en el cual estuvieron artistas como Donna Summer. Le dimos la pelea durante años a Amador Bendayán en el canal 4. Y me llamaron de RCTV.
En ese tiempo apliqué para una beca de la Gran Mariscal de Ayacucho. Me llamaron para una entrevista y me aprobaron la beca. Ya tenía dos hijas, mi esposa. Pasaron dos años para tomar la decisión. Me marché. Fue un dolor inmenso dejar Viva la Juventud y Radio Capital. Nos fuimos para Los Ángeles y allí estuvimos siete años. Me inscribí en la escuela de ciencias y artes de la televisión, y después hice un máster en planificación y presupuesto.
En Los Ángeles trabajé en radio, todos los días de 6 a 9 de la mañana. Le daba los buenos días a la ciudad de Los Ángeles, «buenos días, Los Ángeles». Les gustaba mi voz, porque era una voz neutra. Trabajaba en TV, en Gala Visión.
¿Por qué me vine otra vez a Venezuela? Porque, salvo que consigas algo que te satisfaga, siempre serás un extranjero, incluso si te metes un chicle en la boca (risas). Con un chicle en la boca hablas mejor inglés.
Aquí sientes que estás en tu país. Para mí era importantísimo ir a Santa Elena, a la Gran Sabana, a Margarita. Extrañaba mi país. Allá no me iba a hacer famoso. Ya era famoso aquí. Renny Ottolina me dijo que debía dejarme querer, que si era honesto y transparente la gente lo iba a captar y me iba a querer. «Vas a formar parte de la casa».
Luis Guillermo González y Eladio Lárez dijeron que entendían mi decisión de irme a Estados Unidos, pero que tan pronto me graduara, les avisara. Así lo hice. Llamé a Eladio Lárez y a la semana me dijo que si me montaba en el avión de regreso tenía un nuevo programa: Lo de hoy. Oswaldo Yepes me recibió con mucho cariño, aunque ya no estaba en Radio Capital.
En Venezuela había salido la radio FM. Primero, La Mega, y luego KYS. El KYS se lo pusimos Oswaldo y yo por el nombre de un circuito de radio en EEUU. A Oswaldo le gustó. Fui productor de KYS, trabajé años en el Hit Parade. En Radio Caracas hice programas de concursos, produje programas y luego Judith Castillo y yo hicimos De Gala, Alocados… hasta la lotería. Me convertí en la imagen del canal hasta la generación de Nelson Bustamante y Winston Vallenilla. Me fui de Radio Caracas en 1992.
No tengo barba desde 1981, cuando comencé a hacer Viva la Juventud.
Hubo un intento con Gilberto Correa, Luis Guillermo González y Carmen Victoria Pérez para poder tener un canal de televisión, pero nunca se consolidó. Era un canal para entretenimiento. En ese momento Alberto Federico Ravell se fue para el canal 8. Hasta que apareció Globovisión.
Me dediqué a mi radio, a KYS. Pero tuve que tomar la decisión de renunciar a la radio y dejar de trabajar con Yepes.
Soy muy agradecido con todos los que me han ayudado: Luis Guillermo González, Renny Ottolina. Doy gracias por haber compartido con Renny años de trabajo. Oswaldo Yepes me enseñó realmente la comunicación social. Le agradezco a don Adolfo Martínez Alcalá, mi maestro en vocalización, dicción y buena pronunciación. De él aguanté regaños e insultos, pero se los agradezco muchísimo. También le agradezco a Rodolfo Rodríguez García, tuve la suerte de estar con él y entender la comercialización de los medios.
Renny me abrió los ojos, Oswaldo me enseñó la comunicación, Adolfo me enseño la comunicación a través de un micrófono y Rodolfo me enseñó la comercialización. El artista tiene tres minutos para venderse, tú tienes tres horas, me decía Rodolfo.
Yo de política no hablo. Mi función es entretener, llevar diversión. Lo que he hecho es entretener, distraer. Soy el cuerpo de entretenimiento de un periódico. No soy político, no soy economista; soy un lector de lo que sucede en mi país y en el mundo. No hablo de mi familia, de mi esposa o mis hijos. Nunca han salido en la portada de una revista. Lo mío es el entretenimiento. En Unión Radio cumplo ahora con una función muy importante. Éxitos tiene una programación de política, economía, y yo soy un oasis. Cumplo con una función importantísima, que es darle un descanso a la gente. Yo soy esa hora para trotar. Soy ese sábado y ese domingo.
Estuve 23 años de 6 a 10 de la mañana en FM Center. Todavía me despierto a las 4 de la mañana; luego de 23 años despertándote a esa hora ya el reloj está programado.
Después de renunciar a La Romántica 88.9 FM me quedé un año sabático. Me convertí en jardinero y electricista, sembré matas, limpié cocinas. Me puse a escuchar música, a indagar en redes sociales. Cuando voy a las universidades les comento a los muchachos «yo soy más joven que cada uno de ustedes». Sé quién es Carlos Moreán, pero sé quién es Coldplay. Les pregunto si saben quién fue Francisco Cróquer, quién fue Renny. Me han respondido: «Renny fue un candidato presidencial».
En ese tiempo pensé que alguien iba a tomar el teléfono para comunicarse conmigo, y eso lo hizo Jaime Ross (vicepresidente de Unión Radio). Me invitó para que conversáramos. Me contó que en una reunión de directiva mi nombre apareció sobre la mesa, y la gente de comercialización y ventas respondió «él es un cheque al portador». Jaime me explicó: «Ahora no tenemos un horario que ofrecerte, pero quiero que sepas que estás sobre la mesa». Pasaron dos o tres meses, me dijeron que querían volver a hablar conmigo. Acepté porque conozco el circuito, tiene un nivel alto de credibilidad y respeto; vengo de uno que tiene un nivel alto pero este tiene un nivel superior. Pasó el tiempo. Lamentablemente se nos marchó Carlos Eduardo Ball (Circuito Éxitos) y me plantearon la posibilidad de estar de 9 a 11 de la mañana. Ahí estoy.
Actualmente lo hago todo desde mi casa; no voy a la radio por la pandemia. Quisiera hacer el programa en vivo.
Nunca he hecho un programa sentado en una silla. En mi vida. No utilizo audífonos, que es lo más común en los locutores. Me pongo inalámbricos solo como referencia. Me gusta acercarme al operador, moverme. Nunca he estado sentado en la radio. No entrevisto a nadie sentado. Tampoco entrevisto a nadie con lentes oscuros. Te tengo que ver los ojos para entrevistarte.
Si Dios quiere empiezo un programa de televisión. Va a ser en Canal I, inspirado en El show de Renny. Se va a llamar «El show de Gustavo Pierral». Será una hora todos los días, de 1:00 a 2:00 p.m., de lunes a viernes. Vamos a llevar cantantes, hacer entrevistas, acompañar a la gente. Lo voy a hacer de pie; hay dos butacas para entrevistas, pero todo es parado. No habrá un solo set. Todas las áreas están iluminadas para caminar por todas partes. Quiero tener en el estudio un cuatro y una guitarra. Mostrar cómo se hace televisión.
De la música me gusta todo. Me encanta la música folclórica venezolana. Siempre he apoyado a los artistas venezolanos. Yordano es como si fuera mi hermano, Frank Quintero, Ilan, Sergio Pérez…A Luz Marina la adoro.Me gusta mucho el rock, lo que se hace de música aquí. Hay buenos experimentos con Amigos Invisibles, Caramelos de Cianuro, Desorden Público. En mi casa se oye de todo, me gustan mucho los covers. Reguetón, cero. Eso no es música. Es ruido.