«Estoy un poco preocupado por ver que la economía italiana no deja de retroceder», admitió el mayor representante de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker en rueda de prensa.
En presencia del primer ministro de Italia, Guiseppe Conte, Juncker recordó que el pasado diciembre se establecieron un objetivo de crecimiento del 1% para 2019, en el marco de las negociaciones entre Bruselas y Roma.
Juncker afirmó que esta cifra «debe ser revisada a la baja» y que «todas las políticas dirigidas al estímulo fiscal serán muy limitadas» como consecuencia del tamaño de la deuda pública italiana.
Por su parte, el gobierno italiano debe presentar sus pronósticos actualizados para la economía y las finanzas públicas para el 2019 antes del 10 de abril. Expertos estiman que la coalición tendrá que reconocer que el crecimiento de la economía italiana ha sido peor de lo esperado.