Sin servicio de Metro y sin información oficial, los trabajadores debieron recurrir a sus propios pies como medio de transporte
Los aplausos y gritos de los estudiantes, después de la 1:00 pm de este lunes, hicieron que la profesora Mercedes se percatara de que había una nueva falla eléctrica. Al menos, en esa zona de Caracas (La Pastora). Después sabría que era un evento nacional.
Apenas 18 días después del mega apagón que paralizó el país durante varios días, los maestros de esa escuela privada no sabían si esperar a que la luz volviera, o si marcharse de una vez. Finalmente, en vista de que no había información del Ejecutivo sobre la falla, decidieron despachar a los estudiantes y retirarse.
«Aguantamos casi una hora», cuenta Mercedes. «La secretaria nos llamó, que tuvo que salirse del Metro a toda carrera porque suspendieron el servicio. Entonces decidimos retirarnos».
Y, por segunda vez en menos de 20 días, a la maestra le tocó emprender el regreso a su casa. «Caminé por más de dos horas. Había un gentío. En los autobuses la gente iba colgando de las piertas», contó a Contrapunto. Ya había vivido una experiencia similar el 7 de marzo, cuando Venezuela comenzó una jornada de apagón nacional que se convertiría en histórica por su extensión.
A las 2:30 pm la avenida Francisco de Miranda, en Chacao, parecía una olla hirviendo llena de peces. Sin transporte subterráneo, pocas busetas podían cargar a los varios miles de pasajeros que intentaban desplazarse hacia el oeste de Caracas. Mujeres con sandalias de tiritas, hombres con bebés cargados, empleados públicos con camisas del Ministerio de Vivienda o de la Dirección Ejecutiva de la Magistratura (DEM) compartían el pequeño calvario de una larga caminata para la que, evidentemente, no estaban preparados.
Pocos comercios en Chacao tenían las puertas abiertas a esa hora. Los que mantenían las santamarías arriba reclamaban pago «en efectivo», porque los puntos de venta no funcionaban. En centros comerciales como el San Ignacio solo estaban abiertas las tiendas al aire libre; las otras optaron por cerrar ante la incertidumbre de no saber a qué hora se restablecería el servicio eléctrico.
Poco después de las 3:30 pm, un tenso Gustavo Duque, alcalde de Chacao, reportaba en una entrevista radial que era tal la cantidad de personas que pasaban por el municipio que, incluso, debían caminar por la avenida Francisco de Miranda porque no cabían en las aceras.