Ofrecer una pastilla en vez de una caja, o un jabón de menor tamaño. El venezolano sigue consumiendo a la nueva medida de su bolsillo, y la industria y los comercios tienen que responderle
Una cucharada de café o de margarina. Un vasito de aceite. Hace varios años ya en las zonas populares de Venezuela se venden los productos, no al detal, sino al «detalísimo»: pequeñas cantidades, ajustadas a un ingreso mínimo que se recibe día a día. Esta estrategia de venta debe ser asumida por las empresas venezolanas, señala Luis Maturén, gerente de la encuestadora Datos.
El poder adquisitivo del venezolano está mermado, pero no por eso deja de consumir, resalta Maturén. Por eso las empresas deben pensar en la venta de cantidades más pequeñas de sus productos.
Si la economía venezolana se ha reducido en más de 60% durante el mandato de Nicolás Maduro, el mercado también lo hizo, y ese fue uno de los temas centrales de debate en el Foro Perspectivas 2020, organizado por Venamcham y realizado este jueves 27 de febrero en Caracas.
«El mercado hoy ha cambiado», sostuvo Luis Vicente García, gerente general de Venamcham. «Hasta el canal de distribución ha tenido que adaptarse. Ya no son cajas; son paqueticos», contrastó.
El consumidor venezolano «compra menos cantidades, peor lo hace con mayor frecuencia. El distribuidor tiene que distribuir menos cantidades, pero con mayor frecuencia», subrayó García.