Benigno Alarcón: La oposición debe prepararse para participar en elecciones parlamentarias aún en condiciones adversas

Texto: Vanessa Davies. Fotos: Ernesto García-Contrapunto

El conflicto político venezolano está en fase de estancamiento, y es un evento electoral lo que puede permitir romper ese statu quo que favorece al gobierno de Maduro, afirma el director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB. En todo caso “la respuesta no puede ser ‘no voy’, y ya. Es ‘no voy’ y tiene que pasar algo”

Estancamiento. Esa es la palabra que, en opinión de Benigno Alarcón, describe la pelea política venezolana. No es su palabra preferida, pero es la que mejor ilustra la actual situación. Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), explica –como el excelente docente universitario que es- que en los conflictos hay tres momentos: escalada, desescalada y estancamiento, sin un orden establecido.

En la escalada las partes tratan de imponerse. En la desescalada optan por “dejar la confrontación atrás” y entenderse. Durante el estancamiento puede no haber solución.

“Hoy día tienes un estancamiento entre gobierno y oposición en el cual el gobierno domina el poder, el territorio, las instituciones, la Fuerza Armada. Ese statu quo favorece al gobierno”, analiza. “Ese alguien favorecido no tiene ninguna motivación para romper el statu quo”; por eso lo habitual es que quien lo rompe sea el que sale perdiendo, “y normalmente lo hace escalando el conflicto”.

Alarcón piensa que el gobierno quería, con la negociación en Barbados, “extender el estancamiento”. E insiste en que, para romper el statu quo, debe suceder algo “que permita volver a escalar el conflicto”, y posiblemente sea con movilizaciones de calle.

Pero si se mira el año 2020 “el momento de escalar el conflicto puede estar dado por la elección parlamentaria que el gobierno quiere hacer”, subraya. En todo caso, “la escalada el año que viene pareciera que va a girar en torno a lo electoral”, sean comicios parlamentarios, presidenciales o ambos, y que el desenlace sea favorable a la oposición dependerá “en buena medida de la capacidad que tenga para presionar desde dentro y desde fuera de Venezuela”.

-¿La oposición debe pensar en participar en las parlamentarias para romper el estancamiento?

-Creo que la oposición debe pensar en pelear condiciones para participar en la elección parlamentaria y en la presidencial, y evaluar sus escenarios en la medida en que no logra lo ideal, que es que haya elecciones presidenciales y parlamentarias con condiciones. Si no puedes tener elecciones con condiciones debes empezar a evaluar de manera realista qué puedes lograr y qué no.

Benigno Alarcón, recuerda la lucha de los chilenos para la salida de Augusto Pinochet: Se plantearon la salida de Pinochet, la asamblea constituyente y las elecciones, pero la oposición no solo no lo logró, sino que aceptó que no podría. Por eso aceptó ir al plebiscito, con los resultados conocidos. Este ejemplo podría aplicarse en Venezuela.

“Si puedes construir el discurso para hacer que tu gente vaya a votar ante condiciones que no son perfectas porque el gobierno nunca te las va a dar, y crees que puedes movilizar tu gente a votar, y además puedes contar los votos y garantizar el resultado, debes buscar la manera de ir a esa elección”, subraya.

Lo realista, según su visión, es que la oposición “va a tener una oportunidad de escalar el conflicto en las elecciones parlamentarias”.

Aun cuando cree que la oposición “debe pelear por las presidenciales y por las mejores condiciones posibles”, no descarta que se imponga el peor escenario: “No te dan las presidenciales y no te dan las mejores condiciones para las parlamentarias”. Ante eso “debes tomar una decisión, y la decisión implica que midas qué posibilidades tienes” de movilizar a la gente y tener cómo hacer un conteo paralelo de votos. “Lo que no puedo hacer es rendirme de antemano y decir que si no me dan exactamente todo lo que yo quiero, no voy”, porque en ese caso “puede haber un gran retroceso”.

Los estudios de opinión que realiza el Centro revelan que hay dos barreras para que la gente participe en una elección. La primera de ellas es el Consejo Nacional Electoral (CNE): “La gente de oposición tiende a decir ‘yo no voto con ese CNE’. Es una barrera enorme que está puesta allí, el gobierno lo sabe y por eso tiene tantos problemas para removerla”. La segunda “es la presencia de Maduro en el poder”, porque la mayoría cree que no puede haber comicios limpios si él está.

A pesar de que “siendo realista es muy difícil imaginarse que va a haber una parlamentaria para la cual Maduro va a renunciar”, Alarcón refiere que el “cese de la usurpación” generó gran entusiasmo. “La gente espera que el cese de la usurpación ocurra primero, y que después venga la elección; y le cuesta digerir que pueda haber una elección que sirva para construir el cese de la usurpación”. La experiencia, a la que acude como guía, le indica lo contrario.

“En la mayoría de las transiciones políticas en el mundo han sido las elecciones las que han hecho que los gobiernos salgan. No es que los gobiernos han salido para que haya elecciones; han sido las elecciones las que han sacado a los gobiernos”.

El profesor de la UCAB piensa que, como un elemento más de los acuerdos de la mesa de Casa Amarilla, ocurrirán cambios en el CNE “pero no van a generar ninguna confianza” en la población, lo que podría dificultar aún más el escenario para los factores que adversan a Maduro.

“El problema es que la oposición no tiene control sobre las condiciones” y cuando eso es así “yo tengo que decidir qué voy a hacer con esas condiciones”, y eso “va a depender de las habilidades” que tenga.

“Yo creo que la oposición debe prepararse para participar en condiciones adversas” en elecciones, insiste. “Lo que nunca debe hacer es ir a una batalla que va a perder”. En otras palabras: “Si la oposición no tiene la estrategia adecuada para enfrentarse bajo las condiciones adversas, no tiene sentido enfrentarse”.

Para ir, para no ir a los comicios “debe tener una estrategia”, reitera. “La respuesta no puede ser ‘no voy’, y ya. Es ‘no voy’ y tiene que pasar algo”.

Juan Guaidó, con sus acciones a comienzos de año, “sacudió las bases a todo el mundo, sacudió al gobierno” y generó un efecto. Toma el ejemplo de Guaidó para insistir en que “si la decisión es no ir” a las elecciones “debes tener algo además de no ir”.

Para Alarcón “la primera respuesta es ir a la elección parlamentaria, ganarla y generar un conflicto a partir de mi participación”. De lo contrario “tengo que plantear el conflicto en un terreno donde lo pueda ganar”. Lo importante “es que tenga una estrategia; la estrategia no puede ser no hacer nada”.

La ruta de Guaidó es “cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”. ¿La reflexión de Alarcón implica cambiar ese orden?

“Independientemente de cual haya sido la intención de Guaidó cuando el mantra lo puso en ese orden”, asevera, “la realidad del asunto es que rectificar es de sabios”. Y si ese orden no funciona “uno tiene que reconocerlo y ajustar la estrategia”, y no hay problema en hacerlo. “La estrategia es dinámica”.

El investigador y analista también opina que el chavismo de base no se siente representado por Nicolás Maduro y está buscando un nuevo liderazgo en este contexto.