Los recientes apagones que está sufriendo que han afectado a Caracas ponen en evidencia las limitaciones que sufre el sector comercio que deja operar y pierde a sus potenciales demandantes
Las fallas eléctricas afectan a todo el tejido económico del país y muy especialmente al comercio porque su operatividad tiene una flexibilidad mínima.
Si los comercios no tienen energía eléctrica durante las horas en que se mueve el público, es imposible reacomodar horarios en función de abrir más horas y mantener el acceso a los negocios.
El presidente Consecomercio Felipe Capozzolo, señaló a través de su cuenta en Twitter que «la economía se paraliza por el estado psicológico de los consumidores. Cada vez que ocurre un apagón nadie está pendiente de qué comprar sino de resguardarse. ¡El comercio es vida para las comunidades y sin electricidad no es viable!».
Las limitaciones de transporte que se presentan a partir de un apagón, obligan a los trabajadores del comercio a cerrar, porque además de resolver su movilidad, no hay expectativas de que la gente llegue a comprar.
Caracas comienza a padecer lo que ya es «normal» en ciudades del interior Maracaibo