Los estudios muestran que entre 20% y 40% del territorio venezolano está afectado por la actividad minera, denuncia el investigador y profesor universitario Antonio De Lisio
Los incendios registrados en la Amazonía de Brasil se han convertido en escándalo para los ambientalistas latinoamericanos, especialmente por la posición del mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, de ampliar la frontera agrícola, y de negar que ha habido un aumento de la tasa de deforestación.
Sin embargo, expertos han llamado la atención acerca de prácticas similares por parte de gobiernos de otro signo político, como es el caso de la Bolivia de Evo Morales y la Venezuela de Nicolás Maduro.
Antonio De Lisio, geógrafo y profesor de la UCV, advierte que el problema de fondo que une a los tres gobiernos, y a otros, es la concepción del desarrollo. «No se entiende que el desarrollo debe basarse en un criterio de protección del ambiente, incluir el ambiente» como un elemento fundamental, enfatiza.
En Venezuela no es solo el Arco Minero del Orinoco, advierte De Lisio en conversación con Contrapunto. Los estudios muestran que entre 20% y 40% del territorio, unos 400 mil kilómetros cuadrados, están afectados por la actividad minera. «No hay minería ecológica. Conceptualmente la minería no es ecológica ni sustentable porque debe destruir lo que hay en la superficie», subraya.
En Bolivia «se están dando concesiones mineras que afectan los suelos, los bosques; incluso, en parques nacionales», recuerda el investigador y ambientalista. También ocurrió en Ecuador con el entonces presidente Rafael Correa y el proyecto Yasuní.
Ya hay reacciones en Venezuela para rechazar los planes de Bolsonaro, pero también los de Maduro. El movimiento Alternativa 1 comenzó este jueves 22 de agosto una campaña por redes sociales en la que acusan a Maduro y a Bolsonaro de «destruir el Amazonas».