Las mayores angustias de la población son la alimentación, el agua y posibilidad de movilizarse para saber de sus familiares ante la incomunicación
Aprovechando la llegada de la energía eléctrica los propietarios de vehículos en Catia se apostaron en las estaciones de servicio del sector para reponer combustible, mientras otros buscaban como comprar provisiones para resolver la alimentación y el aua.
Las colas eran moderadas a las 7:30 de la mañana y fluían porque existían varias «islas» operativas en las «bombas» de gasolina.
Los comercios que abrieron temprano, vendían en efectivo y con las tarjetas de débito de algunos bancos, ya que no todas las plataformas de las entidades financieras estaban operativas.
Hacia las 9 am ya las colas por la gasolina se hacían más largas y los comercios se llenaban de personas tratando de comprar alimentos para resolver el día.
Los comercios movían con cautela sus inventarios que requieren cadena frío para evitar las descomposición de productos como pollo, carne y pescado.
Hasta las 9:30 am las compras se concentraban en panaderías y pequeñas bodegas que venden pollo, queso y otros productos como arroz y diversos granos.