Ninguno de los héroes de cuatro patas del 11 de septiembre de 2001 se encuentran con vida, pero son recordados por la humanidad
Se estima que luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001 más de 300 perros guías buscaron, entre los escombros del World Trade Center, los sobrevivientes y los restos de las víctimas fatales de este atentado.
Salty fue uno de los canes que se encontraba dentro de las Torres Gemelas en el momento del atentado. Recibió entrenamiento en 1998 por la fundación Guiding Eyes for the Blind (Rectores de los Ojos para los Ciegos) en Yorktown Heights, Nueva York.

Cuando los ataques ocurrieron, Salty y su dueño Omar Rivera estaban en el piso 71 de la torre 1 del World Trade Center. Rivera trabajaba en las oficinas de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey. En medio del caos, Salty nunca se apartó del lado de su dueño y lo guió fuera del edificio antes de que colapsara.
La valentía de Salty fue reconocida por la Asociación Veterinaria People’s Dispensary for Sick Animals (La gente del Dispensario para los Animales Enfermos) con la medalla Dickin.
En el momento de los ataques terroristas del 11 de septiembre, Roselle, una golden retriever entrenada como perra guía, estaba tomando una siesta bajo el escritorio de su dueño en el piso 78 de la torre 1 del World Trade Center. La despertó el impacto del avión contra el edificio, y de inmediato su instinto le indico que había que abandonar el lugar.

Roselle, guió a su dueño entre las llamas que consumían el edificio y logró sacarlo con vida antes de que las torres colapsaran. Por su heroica hazaña la perra recibió la Medalla Dickin de la Asociación Veterinaria People’s Dispensary for Sick Animals.
En 2004 Roselle fue diagnosticada con una deficiencia inmunológica y en el 2007 se retiró como perro guía; murió de úlcera estomacal el 26 de junio de 2011. Michael Hingson, su dueño, escribió en su memoria el libro: “Thunder Perro: La Verdadera Historia de un Hombre Ciego, Su Perro Guía, y el Triunfo de la Confianza en la zona Cero”.
Riley, otro héroe peludo, llegó al lugar del desastre un día después del ataque con la misión de encontrar personas vivas entre los escombros (no estaba entrenado para hallar cadáveres). Sin embargo, Riley halló a personas muertas.

Chris Selfridge, dueño y entrenador de este golden retriever, expresó que tras ver los ataques por televisión no dudo ni un segundo en poner a su mascota a disposición de las víctimas. Ambos acudieron a la Zona Cero.
Al cumplir los 10 años, Riley fue relevado en sus tareas como perro de rescate y se dedicó a cuidar al hijo de Selfridge.