El investigador Jon Paul Rodríguez, presidente de la organización Provita y premiado internacionalmente, advierte que es improbable que el cunaguaro encontrado en la Cota 905 pueda regresar a la vida silvestre «si se ha acostumbrado a vivir con humanos, y si era pequeñito, mucho menos, porque no aprendió a cazar y es difícil que se mantenga por sí solo»
La imagen de un cunaguaro que, según redes sociales, fue hallado este viernes en el operativo policial-militar en la Cota 905, ha generado comentarios y discusiones.
Se especula sobre las condiciones en que lo encontraron, se advierte que este ejemplar necesita atención especializada y se expresa que ojalá no sea usado para rituales de santería.
El cunaguaro es una especie considerada en peligro en Venezuela, tal como lo recoge el Libro Rojo de la Fauna. La cacería comercial y la pérdida de su hábitat son las principales amenazas que afronta.
«Sigue siendo perseguida ilegalmente por considerarse una especie perjudicial (cacería por conflicto), un trofeo (cacería deportiva), por el valor comercial que tiene como mascota, o por la venta de su piel, huesos, colmillos, garras y grasa», advierte el Libro Rojo.
En nuestro país «su cacería está prohibida de forma indefinida» y fue declarada Especie en Peligro de Extinción. Sin embargo, «es necesario garantizar el cumplimiento de la veda de caza de este felino y sus presas naturales, en particular en áreas protegidas, donde aún se practica la cacería ilegal».
Es fundamental «promover la investigación sobre su biología y ecología, tal y como se sugiere a nivel global en el plan de acción del Grupo de Especialistas Felinos de la UICN».