«La fiebre amarilla, como el COVID-19, requieren ser abordadas específicamente en sus propias dimensiones», señaló Ciro Ugarte, director de emergencias en salud de la Organización Panamericana de la Salud
La atención del brote de fiebre amarilla en seres humanos en el estado Monagas no debe dejar de lado las medidas contra el COVID-19, subrayó la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Los casos «son limitados» pero es importante profundizar la atención, acotó Ciro Ugarte, director de emergencias en salud de la OPS.
La respuesta en el municipio Maturín «es un trabajo coordinado con las autoridades nacionales y las autoridades locales, y estamos implementando medidas conjuntas para controlar el brote», detalló Ugarte este miércoles en la rueda de prensa semanal de la organización.
«La respuesta en general se hace conforme a un análisis de riesgo de cada evento, y en ese aspecto, la fiebre amarilla, como el COVID-19, requieren ser abordadas específicamente en sus propias dimensiones sin disminuir la respuesta a la COVID-19».
Sylvain Alighieri, coordinador de seguimiento de la OPS para el Covid-19, recordó que Venezuela es un de los 13 países endémicos para fiebre amarilla en las Américas. «Los casos humanos reportados por el Ministerio de Salud se enmarcan en el contexto de una onda epizoótica: casos en monos que se han confirmado en territorios de los estados Monagas y Anzoátegui, y estamos hablando de transmisión selvática».
Alighiero quiso destacar «la colaboración estrecha entre la OPS, nuestros equipos, y las autoridades nacionales en aspectos de fortalecimiento de la vigilancia de fiebre amarilla en humanos y en monos; en la confirmación por el laboratorio nacional de referencia en el Instituto Rafael Rangel y el despliegue de vacunas para la zona afectada por el Programa Ampliado de Inmunizaciones».
El brote ha sido reportado «por el canal del Reglamento Sanitario Internacional» y la información ha sido publicada por la propia OPS.