El impacto del coronavirus SARS-CoV-2 no se limita a los pulmones o los vasos sanguíneos
Como una caja de Pandora, el coronavirus SARS-CoV-2 se abre cada día con nuevas consecuencias para las personas. Bien lo afirma la otorrinolaringóloga Gabriela Ibedaca: De la COVID-19 solo se puede dar por sentado lo que se dice cada día, porque a la siguiente jornada a lo mejor es otra cosa. Hoy se conoce que el virus tiene relaciones tormentosas no solo con los vasos sanguíneos, sino también con las cuerdas vocales y la lengua.
La voz: aire débil. «La voz no es otra cosa que aire sonorizado», explica Ibedaca, del Grupo Médico Santa Paula. «Cuando el aire sale de los pulmones con fuerza pasa a través de las cuerdas vocales y las hace vibrar». Por eso, cualquier patología que afecte la respiración también tocará la voz.
«Los pacientes que han presentado COVID-19 por lo general tienen alteraciones en la respiración, razón por la cual el paciente pierde la fuerza para poder espirar el aire y hacer vibrar las cuerdas vocales», detalla. El esfuerzo para hablar normalmente también altera las cuerdas vocales.
El tubo. Quienes han estado en terapia intensiva, con un tubo endotraqueal, corren el riesgo de lesiones, como un granuloma, detalla.
El coronavirus en la lengua. Ya se habla de la «lengua COVID», o las lesiones -generalmente dolorosas- que perjudican el habla. Supuestamente la persona, además de sus malestares, se encuentra con la lengua también tomada, aunque se recupera.
¿Qué hacer con la voz y con la lengua?
-Cualquier disfonía que dure más de tres semanas «debe ser motivo de consulta», insiste Ibedaca, porque no es normal que esto ocurra. Un consejo de oro es no hacer esfuerzo porque la persona se puede lesionar.
-Evitar la rehabilitación de la lengua, después de tener la COVID-19, con alimento muy salados, o picantes. «Primero se debe mejorar el olfato y consecuentemente el gusto va a retornar», precisa.