Emilio Lozada calcula que «no llegamos a 2% de vacunación» de los 5,8 millones de jubilados y pensionados, quienes protestaron este pasado jueves a las puertas de la Organización Panamericana de la Salud
La mejor denuncia de María Teresa Clemente, docente jubilada del Ministerio de Educación, es un carné de vacunación marcado en bolígrafo y en lápiz. Ese carné tiene la fecha de colocación de la primera dosis de Sputnik V, pero en la casilla de la segunda dosis hay un vacío.
Con ese cartoncito protestó este jueves en las puertas de la Organización Panamericana de la Salud, en Caracas, a fin de evidenciar que los jubilados y pensionados no tienen acceso a las vacunas contra la COVID-19.
«Me colocaron la primera dosis, y la segunda, nada. Está vacía», asegura esta educadora de 62 años de edad. «La segunda me correspondía el 25 de agosto y no me la colocaron». Mientras los manifestantes gritaban «vacunas para todos ya», Clemente señaló que le toca esperar. No sabe qué hacer. «»Dicen, no hay nada seguro, que hay que esperar un tiempo prudencial. La información que se tiene, dicen, es que hay que esperar un tiempo prudencial para poderte poner la china. Pero no sabemos si es verdad».
Clemente afirma que le tocará esperar, como a tantos venezolanos que están a la espera. «Hasta ahorita no tengo intención de colocarme ninguna otra vacuna», sostiene. «No hay información clara de los efectos que podría tener si me pongo una vacuna después de colocarme otra, así que lo más prudente es esperar».
Trabajad en educación desde hace 40 años. «Todavía estoy activa, trabajo en el Pedagógico de Caracas. Esto es insólito», subraya.
Esta realidad de jubilado la comparte Pedro García, quien el jueves le habló directamente -salvando las barreras geográficas entre Caracas y Washington- a Ciro Gaona, director de emergencias en salud de la OPS. «La Organización Panamericana de la Salud debe atender al pueblo también, a la sociedad civil, no solo al gobierno, porque la versión real la tiene el ciudadano, la tiene el pueblo».
Como presidente de la Federación Nacional de Jubilados y Pensionados, Emilio Lozada sentenció que la vacunación contra la COVID-19 «es un relajo» y que los sitios de vacunación son «los primeros lugares de contagio».
Calcula que «no llegamos a 2% de vacunación» de los 5,8 millones de pensionados de jubilados y pensionados. «Eso es cero», criticó.
Lozada recordó que han planteado soluciones, como «cambiar el cuaderno de votación por el cuaderno de vacunación» en los planteles que funcionarán como centros de votación el 21 de noviembre.