Hay que identificar cuando «nos quedamos pegados», explica el psicólogo César Yacsirk. También es clave saber subir y bajar el volumen
Muertes, enfermedades, pérdidas, dolores, pandemia, la historia sin fin del coronavirus; pero también alegrías, realizaciones, logros. Termina el año 2021 y también termina un ciclo. Así lo interpreta nuestra psique y así concluye un periodo para abrir otro, el año 2022. ¿Cómo hacerlo mejor?
“Los cierres psicológicos son el cierre de ciclos que ya no corresponden al presente de nuestra vida, ni van a corresponder a nuestro futuro. Son cosas que hemos dejado de tener”, explica el psicólogo César Yacsirck, de Médicos Venezolanos Online. Un ejemplo: trabajos o modos de trabajo que no son, pérdida de familiares por fallecimiento o por migración, pérdida de parejas. Generalmente ocurre al final del año, cuando nos podemos a evaluar qué sucedió.
Siempre “es importante cerrar y no quedarse anclado en un pasado que no es funcional”, subraya. Eso “no significa olvidar, no significa desechar. Significa que eso no te haga la vida un yogurt”. Sin embargo, hay cosas “que no hemos cerrado nunca” y que van quedando como cuentas pendientes. Una situación del pasado “puede llegar a enfermarte, y el que va a sufrir lo más seguro es que sea tu órgano más débil; por ahí se va a representar tu dolencia”.
Rabia se vincula con enfermedades del corazón. Tristeza se relaciona con enfermedades crónicas como el cáncer, comenta el especialista, aunque sin perder de vista que “todas las emociones están por algo”.
Estos son algunos consejos para hacer los mejores cierres:
1)Saber cuándo nos “quedamos pegados”. ¿Qué indica que nos “quedamos pegados”? “Cuando las cosas del pasado no nos permiten tener una vida plena, un desarrollo adecuado, paz interior, serenidad para hacer lo que nos toca hacer”. Es evidente cuando una persona habla de un hecho del pasado como si acabara de suceder, y en realidad ocurrió hace 15 o 20 años. “Es tiempo de hacer las paces con ese pasado que no te hizo bien, y empezar a construir el futuro con lo que tienes, con lo que es funcional”.
2)Atravesar el dolor. Este es el tiempo para dejar atrás las cosas “que no solo no nos hacen bien, sino que realmente nos frenan, nos desvían, nos dificultan avanzar en el terreno laboral, el personal, el de las relaciones familiares”, reitera Yacsirk. Es difícil hacerlo, admite, con pérdidas de pareja, muertes. Pero reitera: “No se trata de desechar el pasado, nada que ver; pero sí, atravesar un duelo de manera saludable y sabiendo que el dolor es inevitable. El dolor se siente, no se le puede brincar, no se puede pasar a un lado. Es inevitable, y es necesario atravesarlo”. Nadie quiere sufrir, pero “cuando más le huyes al dolor ese dolor te va a perseguir”.
3)No sacar un clavo con otro. En el caso de las parejas, refiere el psicólogo, cuando hay una ruptura se tiende a buscar “una pareja que sustituya a la otra, un clavo que saca otro clavo, y la mayoría de las veces son dos clavos los que te quedan dentro, y eso es terrible.
4)Seguir el camino del duelo. Aunque cada caso es diferente, Yacsirk recuerda los pasos del duelo: negación, rabia, negociación, tristeza, aceptación. Deshacerse del dolor significa liberación. Significa “de manera emocional, y cognitiva, darte cuenta de que son situaciones que pasaron, que te influyeron”.
5)El perdón, mucho más que una palabra. Es clave “perdonar y perdonarte”, enfatiza. “Somos producto de una educación, una sociedad, un crecimiento, un entorno”, enumera, y es probable que hayamos hecho cosas que “no hubiésemos querido hacer bajo la mirada del hoy”.
Como defensor y practicante de la psicología positiva, César Yacsirk precisa que este enfoque se basa en las fortalezas para avanzar. “Más que lo que te falta, o lo que has perdido, lo que tienes. Se trabaja terapéuticamente con lo que tienes”. Por eso, para comenzar un nuevo año, propone “valorar todas las cosas que tengo: lo que recibo de otros y lo que tengo como fortalezas”. Plantea conectarse con la página viacharacter.org, para definir las principales fortalezas “y, sobre esa base, empezamos a pensar opciones para poner esa fortaleza en acción en el próximo año o en el próximo ciclo”.
Habla con base en su experiencia de migrante que, por cambios familiares, regresó al país con sus fortalezas: autenticidad, ver las cosas en perspectiva, pensamiento crítico. “Se disfruta mucho el camino. Lo que uno hace con el futuro es hacer una apuesta; en la medida en que tienes esa apuesta mucho más delimitada, vas a tener mayor posibilidad de avanzar”. Y, cuando se siente triste, lo asume, piensa qué puede hacer con eso. “La tristeza no se evade. Es un error”. Se trata de subir el volumen a algunas cosas, y bajárselo a otras.