Entre el gesto suicida, y el hecho, «hay una línea muy delgada», enfatiza el doctor Gilberto Aldana, jefe fundador del servicio de psicología clínica y de la salud del Hospital Vargas
El suicidio de Miss Estados Unidos 2019, Cheslie Kryst, conmocionó al mundo y volvió a evidenciar que la depresión es un problema de salud mental que, lejos de resolverse, sigue en aumento. El doctor Gilberto Aldana, jefe fundador del servicio de psicología clínica y de la salud del Hospital Vargas, subraya que el suicidio «es un fenómeno que ha venido aumentando significativamente, no solo en Venezuela sino a escala mundial». Incluso, asociaciones internacionales «advierten que estamos en presencia de una segunda pandemia» ya que cada vez aumenta más; especialmente, en personas jóvenes, que «ven el suicidio como una forma de afrontar o de salir de las situaciones problemáticas que viven».
Se suele creer que quien comete suicidio tiene «un problema mental significativo, como un trastorno psicótico o un trastorno depresivo mayor», pero «personas que no tienen ningún condicionante psicopatológico de esa magnitud, pero tienen dificultades para afrontar situaciones estresantes, o con dificultad para la visualización de un proyecto de vida o un sentido de vida, son las personas vulnerables que, ante crisis o estrés, ven el suicidio como una salida», refiere Aldana.
La pandemia de COVID-19 también ha impactado en la esfera psicológica de los jóvenes, «desdibujando la posibilidad de un proyecto de vida saludable, un proyecto de vida económicamente estable», describe.
En los centros de salud de Venezuela han aumentado las consultas psicológicas y psiquiátricas. Aldana cuenta que, en los primeros días del año, observó una cola de personas que solicitaban consulta psicológica en el Hospital Vargas: «La gente creía que eran consultas de traumatología». En el servicio «somos 10 psicólogos, cada uno atiende siete pacientes diarios, unos 350 pacientes a la semana. En estos momentos, haciendo una aproximación muy empírica, la demanda es de 13 pacientes por psicólogo al día. La gente me llama, me dice que por favor la atiendan, ‘ayúdeme’, y se hace un poco complejo para prestar la atención de salud necesaria ante la demanda tan grande». Le ha tocado lidiar, además, con la ausencia de psicólogos por la COVID-19.
Hoy día en los servicios de salud mental los especialistas han observado «un aumento importante de trastornos asociados con la depresión: las personas se están deprimiendo por dificultades económicas, pasaron la Navidad sin los familiares cerca, las muertes por COVID-19», describe. Los fallecimientos abruptos. Se presentan, también, problemas de ansiedad vinculados con la COVID-19, qué pasará conmigo, el inicio del año con dificultades económicas.
La experiencia le indica, en el caso venezolano, que la gente en este momento está buscando ayuda por depresión y por ansiedad. «Depresión por lo general asociada con duelos, personas que han tenido un fallecimiento cercano; por la situación económica, por la migración familiar o de personas cercanas. Vemos personas que tienen depresión, que tienen ansiedad o, incluso, el trastorno mixto ansioso-depresivo».
El psicólogo propone estar atentos a las señales de alarma. «El simple hecho de que la persona manifieste un gesto o una verbalización elaborada, una planificación del acto suicida, es una alarma y es muy importante que las personas tomen en cuenta para buscar ayuda de un profesional de la salud mental. Al punto de que una de las medidas, si ese plan está muy elaborado, es la hospitalización: se hospitaliza para poder resguardar a esa persona». Puede suceder que la persona no exprese nada y ocurre el acto suicida.
Entre el gesto suicida, y el hecho, «hay una línea muy delgada, y nosotros preferimos actuar de manera preventiva». Es decir, pecar por exceso y buscar ayuda. Verbalizaciones como «para qué vale la pena vivir, voy a salir de esto, la muerte es la única salida», e incluso, el relato de la persona de que va a buscar un veneno o que irá a un centro comercial es razón suficiente para tener mucho cuidado. «Que exista la planificación del acto es para tener alerta roja, y es importante ser evaluado por un profesional de la salud mental». No debe ser tomado como una malcriadez del adolescente, reitera.
Nota: El servicio de psicología clínica y de la salud del Hospital Vargas es el único gratuito en Caracas. Para recibir a la persona únicamente solicitan una referencia médica. Hay que acudir de lunes a viernes antes de las 11 de la mañana.