El discurso esgrimido por Donald Trump sobre Venezuela se parece a la estrategia de un empresario que busca sacar ventajas sobre su competencia y lograr “su rendición”, para negociar desde una posición ventajosa, señala la internacionalista Giovanna De Michele.
“Trump se ha vuelto un hombre absolutamente impredecible, que está aplicando en la política exterior una estrategia que se observa más en el ámbito comercial, que es la de generar máxima presión para lograr, simplificando la expresión, una rendición entre comillas”, señala analista y profesora universitaria.
Agrega que esta estrategia busca “imponer sus propias condiciones”, pero aclara que nada está claro en las jugadas de Donald Trump.
-Las últimas declaraciones de Trump pueden interpretarse como un “blufeo” en medio de su forma de negociar.
-Viendo lo que hemos visto de la política exterior de Trump hasta ahora, podríamos inclinarnos a pensar que es lo que tú llamas un nuevo “blufeo” para tratar de generar una negociación en términos más favorables. Lo que pasa es que es todo demasiado opaco. No sabemos qué negociación está buscando Estados Unidos. No sabemos qué es lo que quiere Estados Unidos.
Llegado este momento de su explicación señala que “si Estados Unidos lo que quiere es tener tener una presencia total y absoluta en Venezuela y con eso de alguna manera, contrarrestar ‘el espíritu bolivariano’ que ha circulado por toda la región desde que llegó Chávez al poder en nuestro país, pues eso pareciera no ser suficiente”.
“Si Donald Trump lo que quiere es echar mano del petróleo venezolano, pues pareciera no tener mucho sentido toda esta operación porque las empresas norteamericanas no están aquí, precisamente porque el gobierno de Estados Unidos se lo está impidiendo”, acota al mirar el tema económico.
Sobre las presiones internas que pudiera sentir el presidente estadounidense indica que “el criterio del lobby en Florida y en otras partes de Estados Unidos es que lo que busca, supuestamente, el gobierno de Estados Unidos es acabar con el gobierno de Nicolás Maduro”.
Aclara que hasta el momento “los altos voceros del gobierno de Donald Trump han dicho que ellos no tienen como tarea sacar a Nicolás Maduro del poder. En este escenario es sumamente difícil, tratar de llegar a digamos a escenarios que pudieran ser absolutamente concluyentes. Por lo menos yo no me atrevo”.
-¿Las declaraciones de Trump son un triunfo de la “línea dura” que se dice defiende Marco Rubio?
-Yo no creo en esa supuesta línea dura de Marco Rubio. El cambio de Rubio hacia los venezolanos ha sido muy notorio desde que asumió el cargo de secretario de Estado. Yo no hablo de una línea dura de Marco Rubio. Si hay una línea dura de Marco Rubio es una línea dura, a mi modo de ver, que pareciera acomodaticia a los designios de su jefe, que es el presidente Trump. Es un poco bailar el son que le toquen. Algo así.
-¿Cuál es el rol de Richard Grenell?
-Yo no sé qué papel juega Grenell. ¡Honestamente no tengo ni idea! El gobierno de Estados Unidos ha dicho que Grenell no es representante de Estados Unidos para ningunas negociaciones con Venezuela. Y en Venezuela insisten en que siguen manteniendo teniendo abiertas las negociaciones con Grenell. O sea, la incertidumbre es total y está por todas partes.
“Parece que estuvieran aplicando un juego de desgaste, de cansancio, de hastío. De buscar, digamos, imprecisiones para ver en qué momento se abre un clarito y por ahí tratar de ganar la jugada”, indicó finalmente la internacionalista.






