Elvis Chaveinte: La obra Calígula es una cachetada para este gobierno

Texto: Vanessa Davies. Fotos: Rafael Briceño

El actor venezolano hace catarsis en el escenario con este montaje que hace la Fundación Rajatabla del texto de Albert Caamus

“Todos tenemos algo de Calígula”, asegura Elvis Yerard Chaveinte. Por algo lo dice este actor venezolano que se convierte en el emperador romano -por arte y magia del teatro- en el montaje que hace la Fundación Rajatabla de la obra del escritor francés Albert Camus. Tan metido está en su personaje, que en su mano izquierda tiene una “herida de guerra”: se la golpeó en una de las escenas. Hay laceraciones que ni la preparación física -como la necesaria para el rol que asume- pueden evitar.

También puede asumir el desparpajo de quien se siente todopoderoso y solo abre la boca para ordenar, el signo de interrogación de quien se hartó de vivir, tedio de quien dedica día tras día al abuso y la maquinación. A Chaveinte le sobran arrestos para hacerlo, y su formación como técnico superior en tecnología automotriz le ha enseñado a lograr que los aparatos respondan. Después de todo, el poder es una máquina que se aceita a diario.

Pero hasta allí llegan las similitudes. Calígula nació en Italia el 31 de agosto del año 12, y el Calígula venezolano vio la luz en el Hospital Universitario de Caracas. A Calígula –según su leyenda negra- le gustaba ejercer el poder despótico hasta en el sexo. A Chaveinte le disgusta la violencia, hasta el punto de que la parte de la obra que más le desagrada es la violación que perpetra contra la esposa de un patricio, sobre una mesa y sin falsa compasión.

Protagonizar este Calígula es la forma en la que el actor caraqueño protesta contra el Ejecutivo venezolano y el estado de cosas imperante en el país. Según su visión, el Ejecutivo completo –no solo el mandatario Nicolás Maduro- es Calígula, y Venezuela entera es la Roma de esa época.

«Estoy haciendo catarsis con todo esto, porque de alguna manera Elvis Chaveinte se está burlando de este régimen dictatorial que ha hecho precisamente eso: un Calígula. Me burlo utilizando las palabras de Albert Camus, que son gloriosas, que parecen hechas a la medida», sostiene.

-Usted se para en el escenario a burlarse del Ejecutivo.

-De una manera muy seria. Es esa ironía. Porque siento que cada uno de esos personajes es el mismo régimen al que le tocó lo que tocó; es una cucharada de su propia medicina. Es una cachetada. Cualquier parecido con la realidad no es una coincidencia.

-¿Es una cachetada para este gobierno?

-Claramente.

No cree que la obra pueda ser censurada, y da sus razones: «A los gobiernos totalitarios el teatro no es algo que les haga mella; no es masivo el teatro. Por eso siempre digo que con el teatro no vamos a cambiar el mundo, pero si nosotros logramos sacar a esas 60 personas que van a diario con una pregunta en la cabeza, ya es ganancia».

Calígula habla «sobre la locura del poder» y del peligro «de entregarle el poder a una persona», recuerda Chaveinte, quien leyó el texto hace 10 años y se volvió a encontrar con la pieza cuando la directora, Marisol Martínez, lo eligió para protagonizarla.

«Es algo extraño, porque de un modo es interpretar algo que detestas pero hay algo allí que lo hago desde ese lugar: la ironía. Viéndome a mí, mira cómo eres tú», confía.

-¿Ha encontrado en usted rasgos de ese Calígula?

-Todos tenemos ese lado oscuro. Los seres humanos manejamos todo, pero cohibimos algunas cosas. La razón cierra algunas cosas. Como actor uno debe saber manejar esas sensaciones.

-¿Qué paralelismos puede establecer entre esa Roma y el presente venezolano?

-La decadencia. Esta pérdida de valores, por completo. Calígula fue uno de los primeros populistas de la historia. Camus escribe para su momento, distinto, pero se encuentra con este momento histórico. Hablemos de dictadura, Hitler…

-Por eso le preguntaba por los paralelismos.

-Los opuestos terminan encontrándose de frente como dos trenes. Los extremos terminan tocándose. Hay un paralelismo tremendo. Calígula dice: «Voy a darle a este siglo el don de la igualdad». Aquí nos igualaron a todos hacia abajo.

Chaveinte tiene su propio grupo teatral Deus Ex Machina, con el que desarrolla otros proyectos. Pero este Calígula va con él y envenena sus pensamientos. Y lo seguirá haciendo por una semana más, ya que la temporada se extendió hasta el 14 de julio. Las funciones son los los días viernes, sábados y domingos a las 5:00 pm. Este viernes 5 de julio, feriado nacional, también será posible estremecerse con el Calígula de Rajatabla, y más que de Rajatabla, de un actor llamado Elvis Yerard Chaveinte que se niega a darse por vencido en Venezuela.