Por solo dos fines de semana más la obra, escrita y dirigida por Luigi Sciamanna, sigue en la cartelera del Espacio Plural en el Trasnocho para llevar al público a una reflexión sobre el arquetipo femenino y las visiones y sentimientos a los que conduce una guerra
Entre las ofertas teatrales que permanecen en Caracas este junio, no puede dejarse fuera en la elección a La Mamma, que escrita y dirigida por el también actor Luigi Sciamanna estará en la escena de Espacio Plural, del Trasnocho Cultural, hasta el 23 de este mes.
La historia se repite y poco aprendemos de ella. La situación e historia de La Mamma también se repite en todas las épocas: una madre espera, en 1945, el final de la guerra y el regreso de su hijo del frente de batalla.
Se trata de una revisión, a través del drama y la comedia, de la posición de la mujer y sus arquetipos durante el período de la guerra. Y ahí los temas más humanos e intemporales y que nos tocan más cerca de lo que quisiéramos suponer: la soledad, el hambre, la guerra, el amor, los arquetipos femeninos, la crisis de las instituciones, lo femenino, lo masculino, el dolor, la espera, los desplazados y los desclasados, el pensamiento religioso, el pensamiento mágico y la esperanza. Así, para algunos, la guerra termina, para otros, con el final, la guerra apenas comienza.
En un pueblo de la Italia central, en Abruzzo (donde se inició además el movimiento partisano), Adalgisa Dattoli Silvetti (Nattalie Cortez) espera el regreso del frente de batalla de su único hijo, Benito. En secreto, y sólo asistida por el Padre Amedeo (Djamil Jassir), escribe cartas al dictador italiano. Pero Amedeo, junto a Splendora (Verónica Arellano) y la joven Leda (Larisa Gonzalez), ignoran el secreto que Adalgisa guarda muy bien: Renato (Armando Cabrera), el hombre encargado de entregar las cartas, junto con su amiga Splendora, se ha propuesto cumplir el deseo de la joven Leda: tener un hijo. Esta tarea cambia la noche en que Eugen (Alexander Kaas / Ricardo Lira), un joven desertor alemán, entra a la casa de Adalgisa. Deciden entonces visitar a unos cuantos kilómetros la morada de una mujer desterrada: la mujer barbuda de la localidad de Accumoli (Wilfredo Cisneros). Allí recibirán una revelación.
Ya en la obra La novia del gigante (2012), Sciamanna se ubicaba en un capítulo de la historia italiana a través de una mujer judía de la clase media en 1938. En 400 sacos de arena (2014), abordaba el tema a través de mujeres anónimas y no por eso menos trabajadoras y sacrificadas: una comunidad de monjas. Ahora con La Mamma aborda el tema de la mujer en el campo, que está sola mientras los hombres están en el frente de batalla.
La Mamma tiene como equipo de producción, dirección y puesta en escena a Luigi Sciamanna. El vestuario es de Raquel Ríos; la peluquería y tocados son de David Morales y la realización de puertas y chimeneas más la escenografía del taller de Anthony Castillo; la mezcla de sonido es de Giorgio Santorsola y la fotografía de Ernesto Costante, y el asistente de dirección y cabina es Rafael Barazarte.
Las presentaciones de La Mamma, que duran 3 horas, siguen los viernes, a las 7:30 pm y sábados y domingos a las 7:00 pm en temporada hasta el 23 de junio.