Una obra de teatro que causó controversia ya que Andrew Lloyd Webber quiso mostrar una visión que contará las emociones y la evolución psicológica que pudo haber tenido el mesías del catolicismo durante sus últimos de años de vida
Era el 12 de octubre de 1971, un teatro en Broadway en Nueva York era el recinto donde vería la luz un de los musicales más reconocidos del director, dramaturgo y escritor britanico, Andrew Lloyd Webber, con la obra jesucristo superestrella, una opera rock compuesta por Tim Rice que narra la vida del hijo de Dios para los cristianos.
La historia que inicia con las llegada del mesías Jerusalén y finalizando con la crucifixión, ya que desde la visión de Lloyd Webber, no incluir la resurrección fue una manera para «no caer en la divinidad del protagonista», y enfocarlo como una historia adaptada al teatro y no una epopeya religiosa.
En ese sentido, el director quiso dar una visión que contará las emociones y la evolución psicológica que pudo haber tenido el mesías del catolicismo durante sus últimos de años de vida y la traición que sufrió por parte de su discípulo Judas Iscariote, que desde el guion de Lloyd Webber, lo retrata como una figura trágica que ya no comparte sus ideas con el hijo de La Virgen María, lo que causó una disputa política y personal, que se desencadenó en la traición al mesías.
Como fue de esperar en la década de los setenta, una sociedad norteamericana que estaba en una disputa moral y política a causa de la guerra de Vietnam, la revolución sexual, las drogas y las protesta universitarias lideradas con un creciente pensamiento hippie, la producción recibió críticas divididas y, al igual que otras versiones posteriores, fue condenada por algunos grupos religiosos que organizaron protestas en la puerta del teatro.
En ese momento, Tim Rice declaró que el musical no mostraba a Cristo como un dios, sino como un simple hombre que estuvo en el lugar adecuado en el momento oportuno, lo cual era la idea original de Lloyd Webber para que la obra no se tomara como una propaganda religiosa, sin embargo algunos cristianos tomaron sus palabras como una blasfemia ante las creencias religiosas.
La producción también se convirtió en uno de los discos más recordados de esa época, que incluso siguen vigente por canciones como «What´s The Buzz» y el tema instrumental que da inicio a toda la trama con un riff de guitarra acelerado, para luego cambiar a un «jam» progresivo con instrumentos de viento y cuerdas que «hacen volar al pensamiento» con un sonido acido y atrevido para la década de los setenta.
Además de eso, también por esos años se hizo una adaptación al cine, dirigida Norman Jewison en una visión futurística y surrealista de una realidad poco probable de lo que era la vida en la época de cristo. Aparte de eso, el metraje que tuvo como lugar de grabación Israel, fue nominada al Globo de Oro por las actuaciones de
Ted Neeley como Jesús, Carl Anderson como Judas e Yvonne Elliman como María Magdalena.
Incluso aquí en Venezuela, el montaje de esta obra fue en el año 1981, bajo la tutela de Emilio de Soto, siendo la primera vez que esta obra se montaba Jesucristo Superestrella en Latinoamérica.
No sería hasta el año 2000, luego de décadas de controversia, rechazos y buscarle cinco patas al gato Jesucristo Superstar fue oficialmente aprobado por el Vaticano al incluir una recital con canciones de la obra como parte de las celebraciones del Jubileo cristiano, aun así esta obra que tiene más años presentándose que la llegada del formato MP3 en el mercado de la música sigue causando controversias por grupos conservadores.