El 28 de diciembre, se celebra la festividad de los Santos Inocentes, recordando la matanza de todos los niños menores de dos años, decretada por Herodes, según el relato de la Santa Biblia.
Hay una vieja tradición que permite hacer bromas y engaños inofensivos a nuestros semejantes. Existe la costumbre en este día de intercambiar, entre amigos y conocidos, bromas que no causan perjuicio, y que se denomina ‘‘bromas inocentes’’.
Si bien este relato está escrito en la Biblia, el hecho no está documentado en la historia de su época. No hay evidencia histórica de que esto sucedió y mucho menos de que ocurrió un 28 de diciembre.
En cuanto a por qué se hacen bromas para una conmemoración que tiene que ver con un crimen, hay que remontarnos a la Edad Media, cuando el presumible luto se convirtió en jolgorio.
En Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Filipinas, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela; el día del año en que es más frecuente gastar este tipo de bromas es el 28 de diciembre: «Día de los Inocentes» o «Día de los Santos Inocentes».